Y derrepente, me miró la bruja
sus ojos, extraños, profundos
con el color que nace después de llorar
me mira, me envuelve y yo caigo
soy de ella, de la bruja
de su aire, de su vuelo desnudo,
de sus noches sobre escobas cómplices
de sensual y eterno ritual
Y derrepente, miré a la bruja
mis ojos, sobre ella
la mirada de quien ama
la mirada de quien no busca,
si no de quien comparte
no me cumplas deseos, tampoco peticiones
solo te abrazo, solo te miro
como luz que te viste, cubro tu cuerpo
Y me miró la bruja y yo la miré
cambió su vuelo desnudo,
sintió su día y dejó su noche
me obsequió su ternura
ya no el deseo, ni el hechizo
durmió la bruja
Y derrepente, me miró el hada
la que camina por sus campos
libre y natural,
virgen de pupilas de ópalo
mieles de quien osado aventurero beberá
Y derrepente, miré al hada
sentí la melodía de acojerme en su regazo,
el ímpetu al devorarme su paz, su virtud
dejando que el cielo oscuresca
Y derrepente, miré la noche
oculta en su cabello,
fruto de robar su negra belleza,
más la luna se dibuja en su piel
y entonces brilla, por que
más que noche
más que bruja
más que hada
derrepente, eres la luna
Ogui/Shuan
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