No hay latidos en el corazón del que anhela
Ni sus noches terminan jamás,
Sin saberse dormido o despierto,
Sin querer dejar de soñar
Dormir, soñando estar juntos
Despertar esperandolo estar.
Esa gente que mueve la espesa capa del pasado
Encadenando tú camino, a la sensación de morir
Desterrando por completo el deseo de vivir
Por que te empeñas en encerrar tus sueños
En caducar tus deseos, en claudicar al miedo
No, no hay latidos, ni noche, ni sueños
No hay caminos, ni deseos, ni aire
Solo rasguños de piel, vestidos añejos
Cadenas enmohecidas en la piel que se cae
Mírate en el espejo de hielo
Báñate en el lago de fuego
Alimenta la pasión con el viento
Y bajo tierra deja tu miedo
Revélate al ego y lucha por lo que amas
Al final del camino, no existirá consuelo
No lo necesitarás nunca más
Habrás renacido del suelo
Con alas infinitas volarás
Ogui Shuan
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